Día5- jueves 19 de agosto 2010.
“Y háganme un santuario para que yo habite entre ellos”
Éxodo 25:8
“En él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su Espíritu”
Efesios 2:22
Desde la creación. Dios ha querido habitar en medio de su pueblo, estar cerca de todos, realmente el propósito de crearnos es que le conozcamos. Al principio se paseaba con Adán en medio del huerto. La caída sacó al hombre de la morada de Dios. Después ordenó a Moisés construir un tabernáculo desde donde él se manifestara a Israel. Pero los hombres se acostumbraron a la presencia de Dios en medio de ellos. Un día, cuando moraba en Silo, el arca fue robada por los filisteos. Para los gobernantes y el pueblo ya no era tan importante, así que no se preocuparon por recuperarla. Por más de cien años el arca estuvo en el olvido, arrumbada.
Después un joven llamado David tiene un solo anhelo: Traer de nuevo el arca del pacto. Así se levanta el tabernáculo de David, y la gloria manifiesta de Dios, está entre ellos otra vez; el reino de Israel se extiende poderosamente.
Ya grande, David deja instrucciones a salomón para la construcción del templo, un lugar majestuoso, digno de ser la habitación de Dios. Salomón profana el templo con los ídolos de sus mujeres. Tiempo después la gloria abandona el templo para siempre.
Pero dios no desistió de sus propósitos él había decidido habitar entre nosotros. Así que construirá un nuevo templo, no hecho de manos, sino un templo hecho de piedras vivas. Jamás sería robada la gloria de esta casa, a través del sacrificio perfecto de Cristo.
En pentecostés el fuego del Espíritu Santo se derramó y se levantó tan deseada habitación: La iglesia del Nuevo testamento. En los corazones de estos creyentes fue puesto el nombre del Señor. Con gran poder daban testimonio de ese nombre. Sus leyes estaban ahora escritas en sus mentes y en sus corazones. La unción les enseñaba todas las cosas.
Nosotros somos llamados a levantar esta casa de Dios. El anhela un lugar donde habitar. Nosotros debemos ser la manifestación del Cuerpo de Cristo. La oración, el ayuno, la fe, la revelación, el amor, entre unos y otros, el poder de la resurrección.
¿Qué sucederá si llenamos nuestras vidas de su presencia, para que seamos verdaderamente una morada de Dios en el Espíritu?
Oración.
“Padre enciende el deseo en cada uno de nosotros con el anhelo por tu casa. Despiértanos para venir a edificar el lugar de tu habitación. Manifiéstate con poder en nuestras vidas. Y que todos los santos en México seamos llenos de tu Espíritu santo y de tu verdad.
Amén.
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