Devocinal 3

Día 3- martes 17 de agosto 2010.

Una voz grita: “Preparen al Señor, un camino en el desierto, tracen para nuestro Dios, una calzada recta  en la región estéril, todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece y lo áspero sea completamente liso. Entonces mostrará el Señor su gloria, y todos los hombres juntos la verán. El Señor mismo lo ha dicho” Isaías 40:3

En los días de Isaías, las aldeas se preparaban con semanas de anticipación para recibir la presencia de su rey. Los obreros limpiaban una senda y construían un camino con el propósito de proveer el acceso más cómodo posible para el séquito del rey. Si el rey hallaba que el camino no había sido adecuadamente construido, pasaba de largo y retenía la bendición.

            Juan el Bautista preparó el camino para el Mesías a través de su mensaje de arrepentimiento. Dios viene por camino de misericordia, de verdad, de justicia. Ese es el camino donde pasará. Debemos construirlo porque no queremos que pase de largo; queremos hacer algo digno de él.

Debemos quitar cualquier obstáculo en nuestro corazón, sino la venida de nuestro Rey se entorpecerá grandemente. Los valles representan la incredulidad, los montes el orgullo, y lo torcido son los prejuicios que hemos levantado contra la Palabra de nuestro Dios.

Una voz dice: “Grita”, y yo pregunto: “Qué debo gritar” “Que todo hombre es como hierba, ¡tan firme como una flor del campo! La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre.”

Isaías 40:6,8

El camino se alisará cuando el pueblo vuelva a abrazar la Palabra de su Dios. Entonces su gloria se manifestará.

Recordemos: “Estamos preparando el camino para el Rey”

Oración. Padre, estamos juntando los materiales; misericordia, verdad, justicia, fe. Queremos que veas nuestro corazón, construyendo con estas cosas el camino donde vas a pasar. Estamos quitando los estorbos, tu pueblo se encontrará con el Rey; y desearás quedarte, desearás manifestar tu gloria.