DEVOCIONAL 11

Día 11- miércoles 25 de agosto 2010. 

“…Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Selah

“Guarda silencio ante jehová, y espera en él…”

Salmos 4:4, 37:7

 Selah. Termino que figura 71 veces en los salmos, se trata de un término musical, del que se desconoce el sentido preciso.

            En los trayectos de  camino a casa o a la iglesia, aquí en el D. F.  Siempre que alzo mi cara, para mirar el cielo casi es imposible encontrarme con un mega anuncio espectacular de zapatos, celulares, revistas, etc. y más en el circuito interior. El hecho es que hay demasiado ruido visual y audible en nuestra vida diaria.

            En un tiempo con Dios, le decía que me agudizara mi oído para poder escuchar su voz, y de repente me acordé de uno de esos espectaculares, es curioso pero sé que en ese momento él me habló y me puse a pensar: – ¿Cuánto ruido, visual y audible, hay en nuestra vida cotidiana? Llámense problemas, pendientes, ocupaciones, o simplemente el que no dedicamos el tiempo en silencio, esperando oír lo que Dios tiene que decir.

            Estoy completamente segura de que orar no se trata de hablar mucho; se trata de escuchar.

            Meditad… Callad… Selah

La palabra selah en los Salmos significa “silencio” o “meditación”. Cuando David derramaba su corazón ante la presencia de Dios había momentos en que las palabras salían sobrando y lo único que podía hacer era guardar silencio. Él conocía el poder de meditar y esperar en Dios. Una y otra vez los Salmos nos hablan de apartar un tiempo para Dios, para oír su voz, y conocerlo. Escuchar es una actitud de humildad y profunda reverencia.

“Pero Jesús se retiraba a orar a lugares donde no había nadie”

Lucas 5:16

Así como Jesús, cada uno de nosotros necesita apartarse, para eliminar el ruido de nuestra vida que nos impide escuchar a Dios. ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en silencio, esperando a que Dios te hablara? Nuestras vidas y actividades ¿Son realmente de una persona que quiere escuchar la voz de Dios?

            Tenemos la oportunidad de ser una generación que escuche a Dios, que tiene fe, que pelea y no teme a nada, porque sabe escuchar la voz de su Dios.

Oración.

Dios, estamos en silencio, esperando en ti… háblanos.