Devocional 9

Día 9- lunes 23 de agosto 2010. 

“Por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo”

Génesis 12:3b

“Abram creyó al señor, y por eso el Señor lo acepto como justo y le dijo: ­­ Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia”

Génesis 15:6,7

Aun cuando Abraham había demostrado su fe a través de sus acciones, fue la fe y no las acciones lo que lo hizo justo ante Dios. El apóstol Pablo lo menciona en sus cartas a los Romanos y Gálatas, también se menciona en Hebreos. Nuestras acciones exteriores como el asistir a la iglesia, orar y realizar buenas obras, no nos harán por sí mismas justos ante Dios. Las buenas obras son una consecuencia natural de lo anterior.

 Pero lo más maravilloso y extraordinario es que Jesús fue quien nos justificó ante Dios y por su vendita sangre nos acercó al Padre, gracias a ese sacrificio en la cruz es que ahora podemos tener una relación e intimidad con Dios y ésta se fundamenta en la fe, esa fe que sobrepasa todo entendimiento. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona.

Así también, Abraham creyó a Dios, y Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. Por lo tanto, todos debemos saber que los verdaderos descendientes de Abraham son los que tienen fe. Cuando Dios le dijo: “Todas la naciones serán bendecidas por medio de ti” hablaba de ti y de mí. De manera que los que creen son bendecidos junto con Abraham, que también creyó. Pues por la fe en Cristo Jesús, somos unidos a él, entonces somos descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. Así que cuando dijo: ”Para darte esta tierra como herencia” nos dice que nuestra tierra “México” es nuestra herencia; por la cual debemos hacer nuestra parte para ser bendición en ella, desgarrar el corazón en clamor por ella, teniendo siempre la confianza de que Dios es quien dice ser y hace lo que promete hacer.

Oración.

Padre te damos infinitas gracias por la herencia que recibimos por fe a través de tu amado Hijo. Ayúdanos a valorar lo que nos has dado, lo que tenemos, la tierra en que nacimos, que mañana a mañana podamos ser bendición en ella. Y con mi testimonio sea un buen mayordomo de la herencia que tengo. Para darte gloria y honra. Amén