CONVOCATORIA


CONVOCATORIA


«Convoquen al pueblo y proclamen ayuno junten en el templo del Señor su Dios a los ancianos y a todos los habitantes del país, e invoquen al Señor»
Joel 1:14

Convocación a 40 días de preparación en Ayuno y Oración, haciéndonos sensibles a escuchar Su Voz, y preguntarle a Dios cual es su voluntad para mi, y ¿Qué harás en México? ¿Qué es lo que me quieres decir en esta Santa Convocación?...

Examina tu corazón para que le puedas decir: Yo subiré a la cumbre y escucharé tu voz, muéstrame el camino y yo lo seguiré.

«La gloria del Señor se presentó a los ojos de los israelitas como un fuego devorador, sobre la parte más alta del monte. Moisés entró en la nube, subió al monte, y allí se quedó cuarenta días y cuarenta noches» Éxodo 24:17,18

Este inicia el domingo 15 de agosto y termina el jueves 23 de septiembre del 2010.

Teniendo las 24 Horas del día. Los horarios son los siguientes:

De 8:00 a.m. a 3:00 p.m.

De 3:00 p.m. a 10:00 p.m.

De 6:00 p.m. a 6.00 p.m. Indicarnos que horario tomarás.

«Después de esto, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y la voz que yo había escuchado primero, y que parecía un toque de trompeta, me dijo»: «Sube acá y te mostraré las cosas que tienen que suceder después de estas»

Apocalipsis 4:1

jueves, 2 de septiembre de 2010

Devocional 19

Día 19- jueves 2 de septiembre 2010.
Lealtad.
“Angustiado estoy por ti, Jonatán hermano mío ¡Con cuanta dulzura me trataste! Para mí tu cariño superó al amor de las mujeres”
 2º Samuel 1:26
            Cuando David y Jonatán se encontraron, se hicieron amigos de inmediato. Su amistad es una de las más íntimas que ha registrado la Biblia porque ellos basaron su amistad en un compromiso con Dios, no solo entre ellos; fue probada, no permitieron que nada se interpusiera entre ellos, ni su carrera ni los problemas familiares, se unieron más cuando su amistad fue probada; y pudieron permanecer juntos hasta el final. Jonatán, el príncipe de Israel, se dio cuenta que David y no él sería rey, pero eso no aminoró su amor por él. Jonatán prefería perder el trono de Israel que su mejor amigo. Cuando David expresa “Para mí tu cariño superó al amor de las mujeres” hablaba de la profunda hermandad y lealtad que los unía.
            La lealtad es una de las cualidades que más cuesta tener, es la parte más abnegada del amor. Para ser leal, no podemos vivir solo para nosotros mismos; la gente leal no solo se aferra a sus compromisos. Está dispuesta a morir por ellos. Jonatán es un brillante ejemplo de lealtad, algunas veces se vio forzado a luchar con un conflicto de lealtades; hacia su padre Saúl o hacia su amigo David. La solución que dio a ese conflicto nos enseña cómo ser leales, en él, la lealtad siempre se guió por la verdad. Jonatán se dio cuenta de que la fuente de la verdad era Dios que demandaba su lealtad suprema. Fue su relación con Dios la que le dio la habilidad de manejar efectivamente las situaciones complicadas de su vida. Fue leal a Saúl porque era su padre y porque era el rey. Fue leal con David porque era su amigo. Su lealtad hacia Dios lo guió a través de las demandas conflictivas de sus relaciones humanas.
            Llevando esto a nuestra vida presente, nuestras relaciones conflictivas pueden ser grandes retos. Si tratamos de resolver estos conflictos solo a nivel humano, nos sentiremos traidores. Pero si hablamos y les decimos que nuestra lealtad suprema es hacia Dios y su verdad, muchas de nuestras decisiones serán mucho más claras. La verdad en su Palabra, la Biblia, traerá luz a nuestras decisiones.
            Jonatán fue valiente, leal, líder nato, el amigo más intimo que tuvo David; nunca interpuso su propio bienestar y lo más importante “dependió totalmente de Dios”. La lealtad es una de las facetas más fuertes del valor. Una lealtad hacia Dios pone todas las otras relaciones en perspectiva.
Pensemos un poco y respondamos: ¿Saben las personas cercanas a ti, para quien es tu mayor lealtad?
Oración.
¡Padre haznos sensibles a ti! enséñanos a depender totalmente de ti, como lo hizo Jonatán. Límpianos día a día para ser íntegros en nuestra vida diaria y ser leales primeramente contigo y después con la gente que nos rodea. Espíritu Santo muéstranos pecado y guíanos siempre a toda verdad que queramos ocultar.
Amén.

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